Historias que te hacen SOÑAR: cap 18

19 febrero 2010

cap 18

12:03:00 a. m. |

Creado por Lara Karou Duchannes |

En cuanto la veo sé quien es ella. ¿Recordáis a la camarera del Tino's que tanto le gustaba a Sergio? Es ella, pero ha envejecido bastante, ya no es tan guapa como cuando la conocí.

-Disculpe un momento. Necesito hacer unos dibujos anteriores del retrato de sus hijos.

-Claro. Por cierto, te comento que me gustaría que a su espalda hubiera un jardín o algo de ese estilo.

-De acuerdo, señora Barceló. -salgo del estudio, y me pongo a abocetear la cara de Dahlia cuando era más joven. A pesar de haber pasado tantos años, aún la recuerdo, como si fuera una fotografía. Cuando termino una cara asoma por encima de mi hombro, me giro y... ¡Qué vergonzoso! Adrián, que tendrá mi edad, y yo nos hemos besado sin querer. Si, soy dibujante, pero no puedo decir que se me de bien medir las distancias. Nadie nos ha visto, menos mal.

-Go... Gomenasae. -hago una pequeña reverencia.

-Gozaimatsu. -me sorprendo. ¿Sabe japonés? Yo solo sé pequeñas cosas, como saludos.

-Perdón, fue sin querer. Lo juro.

-No, siento haberte sorprendido.

-¿Cómo es que sabes japonés?

-Fui a Yokohama.

-Yo a Kyoto y Tokio, pero me gustó más Nara.

-Igual que a mí. -una pausa muy acertada. -¿Qué dibujabas?

-A tu prometida, cuando la conocí. Hace más de cuatro años.

-Era bella.

-Sí, ya lo creo. Yo era guapa pero ella muy cantosa. -río. -Mi vecino se enamoró de ella. Sergio, consiguió adelgazar y acabó con anorexia.

-Pobre.

-Todo por tu novia. Pero no se lo recrimino, él era guapo pero gordo; bueno, no quiero seguir hablando de ello. -limpio una lágrima.

-¿Sabes...? A mí me encantaría trabajar como pintor pero mi madre me lo prohíbe, dice que eso no da dinero. Es una superficial y una aprovechada como mi prometida.

-¿No te gusta?

-No, me gusta una pelirroja. -¿yo? ¡Qué egocéntrica llego a ser! Hay miles de pelirrojas. -Se llama Jimena. Es tan bella... -Saca una foto, se puede ver una chica superimponente pero...

-Esta chica es morena ¿no?

-Es que es la de detrás. -una chica con acné, tendrá menos de 18 años, con un uniforme de colegio pijo. Es gorda pero, sin granos, ligaría; pelirroja de bote y aparato, gafas. La típica friki. Pero, por lo menos no soy yo, vaya semanita de confesiones amorosas. Según me va contando Adrián, Jimena y él llevan sin verse años, que esa foto es su último recuerdo. Que ella tenía una beca en ese colegio, su familia, una familia rota, padres divorciados y malos con ella... Me siento muy identificada con ella.

-Creo que a acabó con una beca gorda y se metió en una buena universidad, estudiaba ingeniería.

-¿Quieres volver a verla?

-Claro que sí.

-Pues me tienes que ayudar...

-Vale.

-Lo primero, nombre y apellidos de ella. Segundo, necesito que finjas estar malo para así no tener que venir. Para mis jefes, yo estoy currando, para tus padres, tú estás malo, así que solo contactarán conmigo, o eso espero, así tendré tiempo para encontrarla.

-Gracias. Eres una gran chica perono hace falta que me ayudes en esta cruzada con tanta locura.

-Nani?

-Aishiteru Dahlia.

-Dejemos de hablar en japonés que al final no entiendo ni papa.

-Quiero a Dahlia pero siento que no es mi tipo de mujer y te juro que no quiero nada parecido a mi madre por esposa.

Me pongo a gritar. Su madre viene corriendo, lo ve tumbado y cuento todo lo que ha pasado, el desvanecimiento de Adrián, todo trola, como hemos pactado. Vuelvo a mi universidad y voy a ver al decano.

-Sr. Valerio, por favor, es un favor muy urgente.

-¿Cómo quieres que encuentre a una muchacha llamada Jimena Diamante Jurado?

-Por favor, es para un amigo compañero suyo de instituto.

-De acuerdo. Creo que me estoy ablando con la edad. -empieza teclear en su ordenador personal. Estoy allí hasta al día siguiente:

-Nadia...

-¿Qué pasa? Cinco minutos más, mami.

-Soy Valerio.

-Disculpe, ahora sigo el examen.

-Tranquila. Hoy no hay ningún examen. He encontrado 1o resultados.

-¿Y?-se oye una melodía. Me llaman, no estoy para nadie. Debo ayudar a Adrián. Vuelven a llamar. -¿Sí?

Al otro lado de la línea: -¡Hola... peque! -es su voz. Otra vez no, no tembleis piernas, os lo ordeno, no lloreis ojos.

-Hola...

-¿Estás bien?

-No... Te he echado de menos, cariño. -no paro de llorar.

-Siento haberte hecho esperar.

-Perdona pero estoy trabajando. Llámame a las 2o h o así.

-Sí, claro que te llamaré. -el "tut-tut" del teléfono colgado, me hiere aún más.

-¿Estás bien, Nadia?

-Sí, señor Valerio. Tome la foto que me dio el chico, la he ampliado, haber si puede encontrarla. Gracias, muchas gracias. -voy a mi trabajo. Y mi jefa: -¿No deberías estar en casa de los Barceló?

-Me han llamado, señor García; su hijo está enfermo, no puedo seguir con el retrato. -¿por qué me meto en este tipo de fregados? ¿Por qué renuncio a mi felicidad por la de otros? ¿Por qué...?

-Nadia, te llaman por teléfono. -dice Darío, el chico de los cafés en la empresa.

-Gracias, Darío. Pero diles que no estoy.

-Es una conferencia desde Japón.

-No quiero hablar con nadie.

-Es Yazawa Ai.

-Pasámela, la cogeré aquí.

-Vale, guapa. -resulta que Ai Yazawa necesita unos bocetos de unos personajes para su nuevo manga. Y dejó el recado a una chica, llamada Claudia. La que estaba por Darío hasta ayer, al parecer la muy puta no me pasó el recado. Se lo explico a Yazawa que me entiende, tendrá que posponer la salida del nuevo manga.

-Arigatô goshaimazu.

-Sayonara, Nadia. -me pide losbocetos para dentro de un mes. Antes le pido el guión del manga para saber que personajes crear. Dice que me lo mandará con urgencia para que me dé tiempo. Todo acaba rápido. Ai Yazaw es una buena persona y es la mejor mangaka del universo, me encanta sus shoujos, pero amo Nana y Tenshi Nanka Ja Nai. Me ha explicado un poco la historia, va de una pareja que, a pesar de todo lo que intentan no consiguen unirse. ¡Qué estrés de vida la del mangaka!

Al poco me llama Adrián:

-Nadia, tienes que darte prisa, no creo que pueda fingir mucho más.

-Solo hay diez resultados con ese nombre y estamos comparando... -la foto ampliada de Jimena y una foto con Alma Briggatore conmigo, son clavadas, Alma está mucho más delgada y no es pelirroja, es castaña oscura.

-¿Qué ocurre?

-Me dijiste que Jimena estudiaba ingeniería.

-Sí ¿por?

-Estabas equivocado, se hizo arquitecta. ¿Te suena Alma Briggatore?

-Claro que me suena, hizo una reproducción muy fidedigna de la Capilla Sixtina.

-Creo que Jimena es Alma.

-¿Por qé haría algo así?

-Por amor. Alguna vez le contaste que querías ser dibujante ¿no? Los ingenieros necesitan mucho manejo con las reglas, parece que cambió de carrera.

-Pero es imposible. Jimena tendrá ahora como mucho 19 años.

-Pues Alma se le parece mucho. Y no creo que sea por casualidad. -oigo el "bip-bip" de una llamada entrante por la otra línea. Es el decano. -Te dejo, aguanta chico.

Cojo al decano: -¿Sr. Valerio?

-Sí. Mira he encontrado a Jimena, al parecer estudia arquitectura en la universidad "S"*, deberías buscarla ya.

-Vale, gracias señor.

Al moverme, tiro todos los papeles que me ha dejado Darío, pobre chico. Entre ellos salen un par de Poss-its, en color morado cantoso. Isma me ha llamado por lo menos 2o veces al trabajo. ¿Cómo ha sabido lo de mi trabajo?

-Gonza. -susurro.

No tengo tiempo para entretenerme. Cojo la moto de la jefa y me largo. Voy a buscar a Jimena. Pregunto al decano de la universidad "S" que me responde:

-La señorita Diamante, está en clase...

-Por favor, es una urgencia.

-Clase de dibujo técnico.

Llamo a la clase, no responden, está todo muy en silencio:

-Señorita Francés, ¿quiere hacer el favor de abrir la puerta?

-Claro, señora Collado. -me abre una chica pelirroja, delgada que en su folio no dibuja el tipo de dibujo que correspondería sino una gran retrato pin-up. -Gracias, Victoria.

-Hola. Disculpe la molestia. Vengo buscando a Jimena Diamante. De parte del señorito Adrián Barceló.

-¿Hijo de Joan Barceló?

-Claro. Es el que subvenciona dinero a la universidad.

-Vamos Jimena, recoge tus cosas. -pero no se ve a la chica con muchas ganas de levantarse. -¿Has oído?

-Sí, señora Collado. -empieza a recoger con desgana. Pero al traspasar el umbral y cerrar la puerta, a la muchacha se le ilumina la cara y me pregunta por Adrián.

¿Cómo acabará todo esto?