Historias que te hacen SOÑAR: cap 8

01 febrero 2010

cap 8

7:54:00 p. m. |

Creado por Lara Karou Duchannes |

Me siento fatal, no me quiero levantar. ¿Dónde puedo ir para olvidarme de mis problemas? Ya no me queda nada. Mi madre, al darse cuenta de mi estado, me deja quedarme en casa; la oigo llamar al instituto y decir que tengo la gripe. Después se va a trabajar, poco después llaman al portero, no voy; siguen insistiendo.

-¿Sí?

-Hola, Nadia.

-¿Manu?

-Sí, ¿me dejas entrar?

-Claro, sube. -mantengo el botón de entrada. Poco después sube, y me saluda:

-Hola... -me acerco a él corriendo, le abrazo. -Tengo el coche abajo, si quieres...

-Claro. -me visto, bajo con él, contándonos chistes y tonterías.
-Bueno, te presento a mi primo Charlie, te va a enseñar unas cosas con el coche. Yo ahora te dejo con él, tengo que volver a clase.
-Pero... -Manu me enseña su coche.

-¡Qué mujer más triste! -golpeo a Charlie. Subo al coche de Manu, un Seat Arosa, plateado, aunque cuando se lo cogió, le recomendé que se lo cogiese en rojo; que debe haber heredado el chico este, la verdad es que tiene su atractivo. Es castaño y pelo casi rozando el rapado, con barba de días, unos ojos marrones claros, casi avellanas. Me tiene ensimismada, me va hablando durante todo el camino, y lo único que me entero es de que curra para Telefónica, como operador a casas privadas, o algo de eso, no puedo apartar la mirada de sus ojos, tan golosos. ¡¿Otro informático?! Me persiguen, lo juro por mi madre. De repente empieza a sonar una canción en italiano, Scusa se ti chiamo amore de Massimo Di Cataldo (http://www.youtube.com/watch?v=AiRzE5GHF0w)... Sobretodo el estribillo: "Scusa se ti chiamo amore,, sei la sola parte di me che non so dimenticare,, scusami se ho commesso io l'errore,, di amare te molto più di me." aunque no es rap ni Jpop (pop japonés), me encanta, tanto que la canto, pobre chico este, le voy a destrozar los oídos, me tocará pagarle unos nuevos. Me mira de arriba a abajo,parece valorar mi físico o yo que sé, lo único que quiero es que me deje de mirar. Por fin llegamos al descampado, donde me han prometido emociones fuertes. Se vuelve a escuchar la italiana balada, salgo del coche a cantar, a intentar llegar a la altura de Massimo. Pero sobretodo, la grito al cielo, como queriendo gritárselo a Gonza, el chaval se pone a mi lado a cantarla conmigo. ¡Vaya dueto! Pero hasta ahora no me he dado cuenta de que él mide un poco más que yo y me quedo petrificada, cantando a su lado, mirando sus hermosos ojos. Pero enseguida recuerdo a Gonza y el corazón me pincha, no puedo respirar, las imágenes de él con Pau, lágrimas, dolor, rabia, furia y amor, mucho amor, todo junto y revuelto:

-¿Estás bien? ¿Te ayudo?

-No, estoy bien gracias. -le sonrío, como una cría.

-Me alegro. -sonríe, demasiado forzada quizá.

-¿Te caigo mal?

-Ni fú ni fá.

-Bueno, tu primo me había prometido experiencias muy fuertes, a ver que me enseñas. -le guiño un ojo. Subimos al pequeño automóvil. De repente, Charlie acelera, ya estamos casi a 150 km/h, acelera más y más, derrapa; como huele a neumático quemado, que olor tan agradable, qué bello sonido el ruido del motor acelerando y frenando, y la adrenalina que noto corriendo por mis venas. Dios... es tan embriagador. Queda un 1/4 de gasolina en el déposito, hace un último trompo, con el que casi nos estrellamos. Río, él conmigo; entonces, Charlie me besa, con el fondo de Scusa se ti chiamo amore que parece oírse tan lejos. Nos empezamos a comer los labios, quiero parar pero no me atrevo, me empieza a tocar, me mete la mano por los pantalones, por la camiseta y yo no quiero parar. Me toca mis zonas más erógenas, mi clítoris y mi pezón izquierdo, no puedo parar un pequeño gemido que sale de mi boca, le toco su pene, lo tiene erecto. Cuando me empieza a bajarme los pantalones, quiero parar, no quiero seguir; puede que no le ponga los cuernos a nadie pero no puedo parar de sentirme culpable.

-Para... -pido muy bajito. -¡Para! -termino gritándole. Abro la puerta, salgo, no quiero cometer un error. Pasados unos minutos, que se me hacen interminables, en lo que no paro de pensar en todo, en lo que siento, en lo que ha pasado, como expresarlo. Al final, Charlie saca la cabeza por la ventanilla:

-Anda, sube, te llevo a casa.

-Okey.

Cuando llegamos al portal, no puedo reprimir darle unos morreos. Dentro de lo que cabe me atrae. No es lo mismo que siento por Gonza pero, no puedo dejar de pensar en el hombre que es y en lo que acaba de pasar. Debería dejarle de ver para poder ordenar mis ideas.

¿Qué pasará con Nadia? ¿Habrá royito entre Charlie y ella?